Ermita de Santa María de Valcamino

Los restos de la ermita de Santa María de Valcamino se encuentran junto al despoblado de Valcamino, en un paraje cercano a la localidad de El Berrueco. Se sabe que fue abandonada en el siglo XVII, aunque no se conocen los motivos. Las hipótesis apuntan a una epidemia o a problemas fiscales con el Ducado de Uceda en Guadalajara.

Se trata de una construcción de época visigoda o mozárabe, no se puede distinguir entre uno y otro estilo ya que los mozárabes siguieron edificando templos religiosos según los cánones visigodos tras la invasión musulmana. Debía tratarse de un pequeño monasterio que daría cobijo a los peregrinos que atravesaban el puerto de Somosierra.

El edificio tiene planta rectangular con un ábside y un anteábside o nártex de planta cuadrangular. El ábside está orientado hacia el este y tiene una piedra aproximadamente cúbica ocupando gran parte de su superficie. Estaría señalando el altar y el lugar donde se guardaban las reliquias. Llama la atención que el altar sea de piedra caliza, puesto que en los alrededores sólo se encuentra granito. La planta se divide en tres naves, la central más ancha que las laterales, separadas entre sí por gruesos muros de mampostería, con sendas puertas de acceso. La mampostería está toscamente trabajada. Las naves laterales y el ábside parecen ligeramente elevados sobre la nave central. Parece que se trata de una iglesia de ábsides contrapuestos, con dos altares, el principal el de el ábside oriental, dedicado a Santa María de Valcamino y el secundario en el occidental. Al pie de los peldaños que daban acceso al santuarium se han encontrado los restos de un cancel de obra.

Circundando el edificio se observan vestigios de un muro exterior. Quedan por excavar diversos montículos que quizá esconden algún muro o alguna dependencia exterior. Se pueden ver los cimientos de una de ellas con planta cuadrangular y adosada al ábside otro edificio con un acceso lateral a la izquierda pero sin comunicación con la ermita.

Se pueden ver restos de la construcción por los alrededores, sillares bien recortados, que en la actualidad forman parte de vallas de fincas.

Dentro del complejo se han hallado tres tumbas, una en la estancia lateral norte y dos en el ángulo de la nave y la cabecera. La de la estancia es de tipo cista, con orientación oeste-este, excavada en la roca natural y forrada con lajas de granito. Pertenece a una mujer de unos 45 años, fallecida en el siglo VII según las pruebas de carbono 14. Las otras dos son enterramientos infantiles, una de un nonato y la otra de apenas dos meses, ambos depositados en tumbas excavadas en la roca a gran profundidad y tapadas con lajas de granito.

El yacimiento está parcialmente excavado y consolidado y tiene una placa explicativa.

ELENA CARDENAL