Monasterio de Santa Serni de Tavèrnoles

El monasterio de Sant Serni de Tavèrnoles estaba situado a escasos cuatro kilómetros al norte de la Seu d’Urgell, justo a la entrada del estrecho valle del Valira que nos llevaría hasta Andorra, dentro del actual término municipal de Valls de Valira.

Respecto a los orígenes de esta casa, cabe destacar que la importante labor de interpolación y falsificación de documentos que se llevó a cabo en su scriptorium durante los siglos X y XI nos dificulta mucho acercarnos a ellos, hasta el punto de que los cinco primeros documentos que se refieren a ella deben ser tenidos por falsos. Esto implica que no la encontramos referenciada en ningún escrito auténtico hasta el año 835 y que, en consecuencia, no se puede probar la vieja hipótesis de que el famoso obispo Feliu de Urgell, depuesto hacia el 799 bajo la acusación de adopcionista, había sido también abad de ese monasterio. Asimismo, impide confirmar que realmente Sant Serni tuviera continuidad entre la época visigoda y la carolingia. Por tanto, sin descartar la posibilidad, cabe esperar que la arqueología pueda aportar nuevos datos que confirmen el supuesto, y tantas veces proclamando, origen visigodo de este cenobio.

Sea como fuere, no cabe duda de que la llegada del poder carolingio significó cambios profundos para el monasterio, ya que es del todo impensable que la venida de Benito de Aniana en persona a Urgell no significara al menos su completa benedictinización; más aún si tenemos en cuenta que su primer abad podría haber sido el futuro obispo Possedoni, de ascendencia franca. Sin embargo, las pruebas son escasas y, después del 835 y de una donación que le hizo el obispo Sisebut de Urgell en 840, no encontramos ningún otro documento auténtico que se refiera a Sant Serni hasta el año 914. Esto nos lleva a un contexto histórico muy diferente en el que el cenobio trabajaba para agrandar su dominio territorial y significarse políticamente junto a los nuevos poderes políticos, sobre todo los condes de Urgell, que en tiempos de Borrell II se erigieron como sus grandes valedores. No olvidemos, en este sentido, las múltiples dejas que le hizo este conde, una práctica que repitieron sus descendientes a lo largo de la siguiente centuria.

Bajo el patrocinio de los condes de Urgell, el monasterio de Sant Serni vivió sus años más esplendorosos, lo que llevó a la construcción de un nuevo edificio monástico en estilo románico. Sin embargo, a partir de finales del siglo XII, empezaron los primeros síntomas de crisis y, finalmente, fue secularizado en el año 1592.

ANÁLISIS FORMAL

Del antiguo monasterio de Sant Serni de Tavèrnoles sólo se conserva en pie la cabecera y el transepto de la iglesia que se alzó a mediados del siglo XI en estilo románico, los cuales fueron profundamente restaurados a finales del siglo XX para poderse abrir al culto de nuevo. Este hecho desdibuja completamente el conjunto, aunque sigue dejando entrever sus enormes proporciones. Asimismo, permite percibir su curiosa planta basilical de tres naves, transepto rematado por sendas absidiolas en sus extremos,  y un gran ábsides central trilobular. Finalmente, cabe destacar que se nos han preservado varios elementos escultóricos y pictóricos del complejo románico, entre los cuales destacan dos estucos del siglo XI conservados in situ, diez capiteles de finales del siglo XIII custodiados en el Museo Nacional de Catalunya y, en la misma institución y de la misma cronología, un fragmento de baldaquín y un frontal de altar policromados. Por lo tanto, a pesar de su precario estado de conservación, se trata de uno de los monasterios románicos más importantes del territorio catalán.

Por lo que se refiere al conjunto monástico del siglo IX-X, a día de hoy, no se conoce ningún resto material. Se espera que, en el futuro, la arqueología pueda aportar más información al respecto.

XAVIER COSTA BADÍA