San Martí de Ampurias

Durante la Antigüedad Tardía, los alrededores de Emporion estuvieron poblados, como lo demostrarían las iglesias suburbanas diseminadas en los alrededores de la antigua ciudad. Efectivamente, a partir del siglo IV, en el ámbito suburbano de esta ciudad ––entonces despoblada–– se detectan toda una serie de yacimientos, básicamente necrópolis e iglesias, los cuales han sido interpretados por algunos investigadores como un testimonio de la población que, a partir de mediados del siglo III, abandona el antiguo pomerium de Emporion.

A lo largo del siglo V, el pequeño cerro de Sant Martí se convertiría en el centro aglutinador de parte de esta población, y muy probablemente también de la sede episcopal, la cual vería en la elevación fortificada el lugar más idóneo para buscar el refugio que las circunstancias del momento requerían. Al respecto, resulta ilustrativa la descripción realizada por J. M. Nolla en 1993, p. 214: “Sant Martí ofrece un lugar óptimo para acoger la pequeña ciudad que ha resultado de la larga y grave crisis; se halla sobre una pequeña elevación fácil de defender y bien protegida por el mar […] Nada ha cambiado en relación al territorio de la ciudad con el que se conecta perfectamente. Estas circunstancias justifican la elección del lugar, más adecuado que el área de la Neapolis o que el sector más septentrional de la ciudad romana, mucho más difíciles de defender y, en el caso del último lugar, mal comunicado con el puerto […] La Ampurias de la Tardía Antigüedad es, sobre todo, fortaleza y puerto, centro político de un territorio activo y equilibrado, pero donde no hay grandes espacios públicos, edificios de diversión ni nada parecido que recuerde la lejana época de la Baja República y primeros años del Imperio. Y sin embargo nada más es necesario. Un centro pequeño, bien protegido y dinámico y un territorio suburbano en ebullición son suficientes”.

Efectivamente, durante la Antigüedad Tardía, la antigua Paleápolis de Emporion ––actual núcleo de Sant Martí d’Empúries–– fue objeto de profundas modificaciones urbanas. A ellas se le añadió la construcción de una sólida muralla ––a finales del siglo III o a principios del IV–– que rodeaba y fortificaba el cerro donde se ubicaba esta renovada trama urbana, la cual incluyó, muy probablemente, un antiguo edificio de culto cristiano donde hoy se alza la basílica de Sant Martí.

ANÁLISIS FORMAL

La actual iglesia de Sant Martí de Empúries, de fábrica medieval tardía, aparece documentada durante época carolingia, durante la que fue sede del Condado de Empúries. Históricamente, ha sido la parroquia del pequeño núcleo poblacional que preside, condición que se mantiene en la actualidad. La basílica consta de una sola nave y está en parte construida con materiales reciclados de la ciudad greco-romana. Por encima de su puerta, de arco ojival, conserva epígrafes conmemorativos de reformas: de la antigua iglesia del siglo X, del XIII y del XVI. También conserva en su interior una mesa de altar paleocristiana, fechable dentro de los siglos IV-V, a partir de la cual se ha postulado la misma cronología para los orígenes del templo cristiano, los restos del cual aún no se han localizado arqueológicamente.

En el año 843 esta iglesia ya aparece consagrada a San Martín de Tours, ante lo cual se ha propuesto que Sant Martí podría haber sido el templo catedralicio de época visigoda. Esta tesis parece razonable, no tanto por el argumento de la advocación sino, y sobre todo, por la fortificación del núcleo urbano sobre el que se asIenta la iglesia y por las reformas urbanísticas llevadas a cabo durante el siglo IV las cuales adquieren sentido y podrían estar justificadas en el marco de la creación o reubicación de la primitiva sede episcopal emporitana, documentada en los textos como mínimo desde el año 516.

A la espera de una intervención arqueológica en el subsuelo de la iglesia de Sant Martí, el principal indicio susceptible de ser asociado a la existencia de un templo tardoantiguo ––además de la mesa de altar antes comentada y de la reutilización de material constructivo antiguo, algo que podría indicar que en el lugar se hubiera ubicado un templo pagano–– es la presencia de una necrópolis tardoantigua intramuros del antiguo núcleo urbano, evidencia que estaría delatando la presencia de un templo cristiano coetáneo, irradiador de dicha necrópolis. De todo lo expuesto cabe colegir que son muy probables ––por no decir casi seguros–– unos orígenes tardoantiguos para la iglesia de Sant Martí d’Empúries, la cual, probablemente, formó parte del grupo episcopal de Emporion a partir de época visigoda.

A una cronología ya más tardía (siglo X) corresponde la lápida de mármol con inscripción que se conserva -en dos fragmentos similares- encastrada en el muro, sobre la puerta de entrada de la iglesia de San Martín de Ampurias, y que demuestra la existencia, en el año 926, de una Iglesia dedicada a San Martín.

JORDINA SALES-CARBONELL