Mérida

Resulta complejo analizar en breves líneas los principales elementos patrimoniales de Mérida, cuyo conjunto arqueológico fue considerado como Patrimonio Mundial por la UNESCO. Se trata de una ciudad viva superpuesta a las antiguas, donde los restos arqueológicos conviven en sintonía con una ciudad del siglo XXI.

La ciudad de Augusta Emerita fue creada exnovo, por ello su diseño se adecuó a una organización hipodámica de la totalidad del espacio intramuros. El puente romano marcó el eje viario principal, convirtiéndose en Decumanus maximus un vez rebasada la muralla, calles trasversales y paralelas a él definieron manzanas regularizadas cuadrangulares. Bajo las calles se dispuso un sistema de alcantarillado que facilitaba el desagüe de aguas negras hacia el río. En torno a dos grandes foros (uno municipal y otro provincial, a este último se accedía a través del Arco de Trajano) se dispusieron algunos de los principales edificios públicos, tanto administrativos como religiosos.

Una potente muralla envolvió desde la fundación un recinto que supera las 70 hectáreas de extensión. En el siglo IV el muro fue reforzado con un potente refuerzo exterior que duplicaba el grosor inicial y hacía difícilmente expugnable la defensa. La puerta principal se ubicaba a la salida del puente, se trata de un acceso bíforo que es conocida en su cimentación, gracias a las excavaciones realizadas, y en su alzado, dado que aparece en acuñaciones monetarias.

El puente sobre el Guadiana es uno de los monumentos esenciales en tanto que generador del urbanismo e, incluso del asentamiento mismo. Alcanza los 792 metros de longitud, siendo uno de los mayores conservados del Imperio. Con algunas reparaciones y reformas mantiene una buena parte original en su estructura augustea. En la isla central sobre la que asienta parte de la cimentación se dispuso el foro boario.

En el entronque entre el puente y la ciudad se edificó una alcazaba el año 835, bajo el mandato de ‘Abd al-Rahman II, para proteger al gobernador y a su guarnición, un recinto cuadrangular, torreado, construido con materiales romanos reutilizados. Se trata de la edificación más antigua conservada de época andalusí que alberga en su interior un aljibe peculiar que recibe aguas desde el Guadiana.

En Mérida destacan los edificios de espectáculos públicos: teatro, anfiteatro e hipódromo. El teatro es un símbolo de Mérida. Fue edificado bajo el patrocinio de Marco Agripa entre los años 16 y 15 a. C. Se construyó el graderío aprovechando la ladera del cerro de San Albín. En las tres caveas podían sentarse unos 6000 espectadores. El frente escénico, restituido después de su excavación a principios del siglo XX, es uno de los elementos más reconocibles del mundo romano hispano. El teatro sigue en uso en la actualidad, acogiendo, entre otros eventos, el principal festival de teatro clásico en España. El anfiteatro se encuentra anexo, edificio de planta elíptica y graderío compartimentado en tres sectores bien definidos. El circo, o hipódromo, está más alejado, hacia el oeste, fue construido poco después de teatro y anfiteatro, a las carreras podían asistir unos 30.000 aficionados.

El templo de Diana, dedicado probablemente a Júpiter, se ubica en el foro municipal. Mantiene buena parte de su estructura hipóstila gracias a su reutilización como palacio a fines de la Edad Media.

Diversas canalizaciones de agua dieron servicio a la ciudad, muy llamativos son las arcuationes de los Milagros asociada a la presa de Proserpina, Rabo de Buey – San Lázaro, y Aqua Augusta, vinculado al embalse de Cornalvo. Termas públicas y privadas se repartían por la ciudad para atender las necesidades de higiene de la población.

Son numerosas las domus conocidas, algunas de ellas pueden visitarse; entre ellas habría que destacar la Casa del Anfiteatro, Casa del Mitreo (con un espectacular mosaico en una de sus salas) y el conjunto de Morerías. De las necrópolis excavadas sobresale el espacio musealizado denominado los Columbarios.

De época visigoda se han preservado restos arqueológicos de gran valor, tanto estructurales, como muebles. La basílica de Santa Eulalia, edificada sobre el sepulcro de la Mártir, es uno de los lugares de culto más importantes de Mérida; en su cercanía se elevó el Xenodoquio, donde se albergaban los peregrinos que viajaban a venerar los restos de la santa adolescente.

Finalmente hay que destacar el Museo Nacional de Arte Romano, institución museística que protege algunos de los materiales conservados de Mérida más interesantes, la Sección Visigoda es una de las más importantes de la Tardoantigüedad – Alta Edad Media peninsular.

VICTOR GIBELLO