Ermita de Arroyuelos

La iglesia tiene una sola nave que es más ancha en su cuerpo central, y tiene un ábside con planta de herradura y una especie de contra-ábside a los pies que no tiene muy definidas sus formas. En el cuerpo de la nave hay un gran pilar prismático con nervios papiriformes en la cubierta, lo cual ha hecho a los expertos establecer un parentesco con San Baudelio de Berlanga en Soria. El espacio central da sensación de habitáculo cuadrado por el volumen que tiene el pilar, que no está en el centro exacto.

El pilar está unido al muro que mira a la puerta de entrada por un murete bajo que probablemente sirvió para delimitar el presbiterio. Por el otro lado no hallamos esa barrera, quizá porque la división se hacía mediante cortinajes, de los cuales las muescas del pilar pueden ser indicio. Casi todo el perímetro del cuerpo de la nave tiene un banco corrido. La roca tiene un espesor de un metro en el muro que mira al exterior, y sirve de plataforma a parte del piso superior, que en este caso pudo servir de tribuna. El acceso a esta se hace por una escalerilla situada en los pies de la iglesia. En este espacio se insinúa una planta cuadrangular redondeada que está sobre una grada. El otro habitáculo que está en alto se encuentra en el segmento imaginario contiguo a los pies y pudo servir de almacén.

En el cuerpo de la nave hay varios mechinales a media altura del muro al mismo nivel que los espacios en altura, lo que sugiere la existencia de un doble piso quizá para celdas. El arco de triunfo es de herradura y muy esbelto lo cual dota al conjunto de un aspecto airoso y elegante. El ábside está cubierto por una bóveda de horno. El recinto es muy oscuro porque sólo recibe luz de la puerta y de una pequeña ventana abierta en el muro de la tribuna, que tapia con obra de fábrica una gran abertura de la roca de forma cuasi circular. A la entrada de la iglesia hay enterramientos excavados en la roca que han sido transformados para darle uso como bebedero de animales, tumbas que establecen una referencia cronológica en torno al siglo X, pues con posterioridad se autoriza el enterramiento en el interior. Esto es fácil de entender si tenemos en cuenta que la consolidación de la Iglesia católica a partir del siglo XI se hace notar en el incremento de las rentas eclesiásticas, por ejemplo y para el caso, la donación de un bien a cambio del derecho a ser enterrado en sagrado. Una iglesia con más poder y control sobre las diócesis es sinónimo de una mayor recaudación y también del aumento de los problemas legales que generan la documentación ausente con anterioridad.