Cueva Santa de Liébana
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En las proximidades del Monasterio de Santo Torribio de Liébana, en la ladera norte del monte de la Viorna, se encuentra esta ermita semirrupestre, construida en una cueva cerrada en uno de los costados mediante sillares. Consta de dos plantas, con la celda del monje la inferior, desde la que mediante una rampa se accede a la capilla en la planta superior, de forma rectangular.
La Liébana -territorio Libanensis antiguo, apéndice importante de la Asturias de Santillana- es una de las comarcas cántabras con más historia secular. En el siglo VIII fue foco cultural que brilló con luz propia por la presencia de magnates, monjes y clérigos que, ante la expansión del invasor musulmán por todo el territorio peninsular, buscaron refugio en este valle protegido por imponentes límites naturales como son los Picos de Europa, la Montaña Palentina y el cordal de Peña Sagra; y bendecido por un microclima mediterráneo que consigue que sus tierras sean un completo vergel.
A principios de la Reconquista se construyeron por toda la comarca, regada principalmente por el río Deva, una pléyade de monasterios sobresaliendo de entre ellos el de San Martín de Turieno, conocido más tarde como Santo Toribio de Liébana. De éste fue prior, en las postrimerías del siglo VIII, el conocido teólogo y polemista Beato de Liébana, autor de los Comentarios al Apocalípsis, obra sin par durante todo el Medievo y, en la actualidad, de resonancia mundial al respetar en todas las copias caligráficas que se hicieron en los scriptorios monacales de la obra primigenia, llamadas «Beatos», la estructura de sus textos e imágenes
En torno al monasterio surgieron en aquella época de tanto fervor religioso numerosos oratorios, ermitas o capillas que los propios monjes erigieron para estar en completa soledad en su recogimiento espiritual. Al correr de los siglos estas edificaciones personales se convirtieron en ermitas bajo la advocación de un santo del que posiblemente guardasen reliquias. De esta manera la ladera norte del monte de la Viorna -de numínica pasó a ser cristianizada- se ubicaron la mayoría de los enclaves religiosos, convirtiéndose en adelante en un lugar de peregrinación para los lebaniegos.
De todas aquellas edificaciones destaca por su antigüedad la conocida Cueva Santa elegida como lugar de retiro cenobítico del monje Santo Toribio, fundador, en el siglo VI, del monasterio de San Martín de Turieno, que a partir de la duodécima centuria llevó el nombre del fundador. Una tradición recogida en 1601 por el monje, Prudencio de Sandoval, señala lo siguiente: «queriendo pelear con el enemigo a solas, subiose a lo alto del monte y en parte muy escondida del labró una pequeña ermita, donde con mucha abstinencia, disciplina, continua oración y lágrimas llegó a tener tanta perfección que alcanzó de Dios singulares favores» Otra tradición muy arraigada ente los lugareños refiere que el santo no sabiendo dónde construir el cenobio subió a lo más alto de la Viorna y arrojó su báculo al abismo diciendo: «Donde caiga mi cayada, allí será mi morada«. Dicho y hecho. No confundir este santo, que fue obispo de Palencia, con otro Toribio, el de Astorga, que también fue santo. Éste fue enviado por el Papa, San León I, a Jerusalén. A su regreso vino cargado de importantes reliquias, entre ellas un trozo del brazo izquierdo de la Cruz de Cristo, el Lignum Crucis. Ante el peligro que suponía las razzias de los musulmanes a la ciudad de Astorga la trajeron a este recóndito lugar de la comarca lebaniega donde ha sido conservada hasta hoy en el monasterio citado.
La Cueva Santa se halla situada hacia la mitad de la vertiente norte del monte de la Viorna. Es un edificio humilde que aprovecha en parte una pequeña gruta natural. Consta de dos plantas. La entrada a la primera se realiza por medio de una tosca puerta de arco de medio punto de cuatro dovelas. En algunas de éstas se perciben varios signos: una cruz pometeada, triángulos y montañas. El arco apea sobre cimacios rústicos sostenidos por jambas monolíticas. El habitáculo, destinado a celda, es de forma rectangular con una pared formada por la propia roca y la otra de sillares sin devastar, menos los esquinales, que están trabajados. En el muro opuesto de la entrada existe una ventanita rectangular a modo de «ojo de cerradura» enmarcada con piedra porosa. Unas grandes lajas cubren el techo dándole un aspecto megalítico. A la planta superior se accede por medio de una rampa. Parece ser que fue destinada a capilla. En la actualidad sólo queda el casar, aunque en los trabajos de adecentamiento que se realizaron en el edificio en 1991 se descubrieron varios sillares que podrían haber pertenecido al iconostasio.
Según García Guinea «el aspecto de Cueva Santa nos lleva a considerarle prerrománico, del siglo IX o X, por ciertas concomitancias con el estilo astur, tan próximo, en el espacio y relacionado política, religiosa y económicamente en el tiempo»
Tour Location
Cueva Santa de Liébana
Monumento o lugar a visitar | Cueva Santa de Liébana |
Estilo | Rupestre |
Tipo | Eremitorio |
Época | S. IX |
Estado de conservación | |
Dirección | Camaleño, Cantabria |
Coordenadas GPS | 43.150278, -4.654444 |
Propiedad, dependencia | |
Posibilidad de recibir visitas de público en general o solo especialistas | Consultar |
Necesidades de conservación | |
Horarios y condiciones de visita | Consultar |
Importe entrada | Consultor |
Trabajos de investigación en realización | |
Accesibilidad | |
Señalización si está inscrito en la ruta | |
Bibliografía | El monasterio de Santo Toribio de Liébana. García Guinea, M.A. Editorial Everest El Románico en Cantabria. García Guinea, M.A. Editorial ESTVDIO. Santander 1991, pp 145-152. Caminar por Liébana. García Palomo, A. Editorial ESTVUDIO. Santander 1995, pp 77-80. Ermitas del monasterio de Santo Toribio. Campuzano Ruiz, E. y Bohígas Roldán, R. «La Revista de Cantabria» (Enero-Marzo 2007). Publicada por Caja Cantabria. |
Vídeos | |
Web | laliebana.com |
Localidad | Camaleño (Cantabria) |