Ercávica

La ciudad romana, situada en el término municipal de Cañaveruelas (Cuenca), aparece ya citada por Tito Livio al relatar la rendición de Ercavica ante el asedio del pretor de la Hispania Citerior, Tiberio Sempronio Graco en el año 179 a. C.

Es una ciudad de nueva fundación con claros rasgos romanos, como son el trazado regular con una disposición ortogonal de sus calles, o el conjunto de edificios civiles y privados de los que se tiene constancia. Los restos arqueológicos hallados en las excavaciones fechan su origen en el siglo I a.C., aunque quizá podría remontarse incluso al siglo II a.C. En el siglo I a.C. se rodeó de una muralla de 2,8 km. de longitud, que tenía otros objetivos aparte del obviamente defensivo ante diversos episodios bélicos: delimitar la urbs y manifestar prestigio. Existía una ceca donde se acuñaron monedas durante el periodo de Augusto, de Tiberio y de Calígula.

Algunos de los elementos más destacados que han aparecido, son: La torre monumental, la torre oriental; la Puerta Sur; las letrinas; el foro, de 3.360 metros cuadrados de superficie, que conserva parte del enlosado de piedra, una serie de tabernae adosadas entre sí que se abren al cardo, y cuatro edificios cuadrados también adosados que se han identificado como la curia, con un pórtico antepuesto y a mayor altura, situados en el lado norte; la basílica localizada detrás de estos últimos edificios; las domus excavadas, denominadas Casa del Médico, Domuns 3 y 4 y la Domus aterrazada; y por último la ínsula de las termas.

Gozaban sus habitantes de un estatuto privilegiado en el contexto de las ciudades conquistadas por Roma, puesto de Plinio calificaba a los ercavicenses como latini veteres, es decir, que se regían por el Derecho Latino antiguo. Augusto otorgó el título de municipio a la ciudad.

Vivió una etapa de plenitud sobre todo durante la etapa altoimperial (siglos I y II d.C). En el siglo III se sabe que continuaba siendo importante, gracias a una inscripción dedicada a los ercavicenses y por decreto de los decuriones a un hijo del emperador Galieno. En el siglo IV d.C., cuando comenzó un periodo de recesión que perjudicó a su economía y provocó el paulatino despoblamiento y el definitivo abandono de Ercavica a lo largo del siglo V.

ELENA CARDENAL