Ermita de Santa Centola y Elena
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Situada sobre una alta meseta, desde la que se domina un paisaje espectacular sobre un cañón que forman los ríos Rudrón y Ebro, encontramos esta pequeña ermita dedicada a las santas Centola y Elena. En su entorno se encuentran también los restos de un castillo y, dada su magnífica ubicación defensiva, es muy probable que existiera en él algún tipo de castro anterior a la época visigoda.
La iglesia, restaurada recientemente, es de muy pequeño tamaño y está construida con mampostería y sillarejo, algunos de los cuales son de toba. Se compone de dos estancias: una nave rectangular y un ábside cuadrado. La nave, de 5,25 m. de largo por 4,07 m. de ancho, con cobertura plana de madera y una especie de banco corrido en piedra adosado internamente a cada muro lateral presenta un piso no original, trasformado en el año 2004. El ábside de 2,17m. de largo por 2,40 m. de ancho, está cubierto por una bóveda de cañón en forma de herradura.
La nave y el ábside están separados por un muro en el que existe un arco de acceso, también de herradura, prolongado 1/3 del radio como es habitual en la arquitectura visigoda, sobre impostas incrustadas en el muro y con un absidiolo a cada lado del arco, formando dos pequeños altares laterales que parecen simular los ábsides triples tan habituales en las cabeceras visigodas.
La única iluminación original proviene de una ventana en el ábside, en forma de aspillera, con paralelismos con otras ventanas prerrománicas. La ventana es muy estrecha, con derrame interior y terminada en un arco de herradura tallado en una sola piedra y una inscripción en su parte exterior en la que se lee claramente “FRELENANDVS ET GVTINA” entre dos cruces patadas visigodas con el alfa y el omega. Debajo, en peor estado de conservación, se puede leer una fecha “ERA DCCCXX”, y a la derecha una decoración vegetal que nos recuerda más a la época mozárabe que a la escultura visigoda. La fecha grabada corresponde al año 782, por lo que, si suponemos que toda la inscripción corresponde a su fecha de construcción, estaríamos ante un edificio de estilo visigodo setenta años posterior a la invasión árabe.
Actualmente también existe iluminación por la puerta de la nave, pero no es original. La actual espadaña se construyó en una actuación realizada en los año 70 con materiales de la época, que en el 2004 fueron restaurados. El techo, tras haber sido reparado en los años 50, estaba en muy mal estado, incluso con zonas cubiertas con uralita. Fue completamente sustituido por una techumbre de madera y teja en el año 2004.
En su interior se encontraron dos piezas de arte litúrgico altomedieval que actualmente se encuentran en el Museo Arqueológico de Burgos: un ara del altar mayor y un disco de piedra con una cruz y el alfa y el omega.
ANÁLISIS FORMAL
Como ocurre con gran parte de las ermitas e iglesias de esta tipología que han pervivido en el tiempo, no existe un completo acuerdo sobre su cronología. Así, Francisco Íñiguez Almech, en el año 1934, la describe como de época visigoda de los siglos VI y VII, por las semejanzas constructivas que presenta con la Ermita de Santa María de Quintanilla de las Viñas (Burgos). Sin embargo, tras conocerse, en 1955, la fecha de fundación escrita en la lápida (782 o 792) retrasa su datación al siglo VIII. José Camón Aznar, en 1963, la data en el siglo IX por la tipología de los arcos de herradura y el ábside rectangular. También, por la técnica constructiva, la sitúa en esta época Luis Caballero Zoreda (1994).
Parece raro que esta ermita, que presenta unas características tan definidas que la sitúan en pleno siglo VII visigodo, fuera construida en el año 782 como indica la inscripción. Parece mucho más creíble y, por otro lado, bastante habitual, que se trate de una iglesia anterior a la invasión árabe a la que se añadió una nueva dedicatoria al recuperarla para el culto durante la reconquista de la zona.
El ara de altar, del siglo VIII, se encuentra depositada en el Museo de Burgos. Se trata de un bloque cuadrangular de piedra caliza blanca con sencillos motivos decorativos grabados.
Consta de una serie de líneas incisas que discurren paralelas a las aristas de la pieza y sirven para enmarcar cada una de sus caras.
En la superficie posterior, en el centro, presenta una oquedad o loculus de forma rectangular con un pequeño rebaje para ajustar una tapa que no se ha conservado. Es alrededor de este hueco donde se localizan los elementos más interesantes de la pieza. En la superior se puede leer la inscripción: CIPRIANVS FECIT en caracteres mayúsculos con rasgos visigóticos. A la izquierda del loculus figura una cruz patada de gruesos brazos con un vástago en la parte inferior. Del travesaño horizontal de la cruz penden las letras alfa y omega. En el lado derecho aparece un motivo de más difícil interpretación; consiste un rectángulo de cuyos ángulos interiores salen pequeños triángulos que apuntan hacia el centro. Precisamente en este punto está grabada una línea con bucles entrelazados que se ha visto como una rúbrica o un laberinto.
La función de esta pequeña pieza era la de servir de ara de altar. Desde los tiempos remotos del cristianismo existía la costumbre de celebrar la misa sobre las tumbas de los mártires, costumbre que fue convertida en norma por varios concilios y que se mantiene hasta nuestros días. De hecho, el acto central de la ceremonia de dedicación de una iglesia es la deposición de las reliquias en el altar.
Esta es la función del loculus central de esta pieza, a veces designado con la expresiva palabra de sepulchrum. Hoy está vacío, pero en él se albergarían fragmentos de los restos de algún santo, preferiblemente mártir, quizás envueltos en una tela rica o en una cajita o lipsanoteca, de las que existen notables ejemplos en varias iglesias de la provincia burgalesa, como las Covarrubias y Tartalés de Cilla.
Tanto la inscripción como la cruz grabadas proporcionan también información interesante sobre esta ara de altar. La cruz patada con un vástago a modo de insignia procesional es un motivo frecuente en el arte hispano de la época altomedieval. En ocasiones se ha ligado con la monarquía visigoda, como una especie de emblema real que posteriormente adoptarían los reinos cristianos septentrionales a partir del siglo VIII. En cualquier caso, representa a Cristo con un sentido apocalíptico indicado por las letras inicial y final del alfabeto griego.
El nombre de Cipriano que aparece inscrito puede hacer referencia a la persona que fabricó el objeto, pero es más probable que se refiera a quien la donó a la ermita de las Santas Centola y Elena de Siero.
Cuenta la tradición que, allá por el siglo III, quizás en época de Diocleciano, santa Centola era hija de un alto dignatario romano. Al enterarse éste de que su hija profesaba la fe cristina, ordenó apresarla, por lo que Centola huyó y se refugió en Siero. Pero el procónsul logró apresarla y se la entregó al prefecto Eglesio para que la interrogará y castigará.
Eglesio torturó a la santa de varias maneras: con varas de hierro, con peines de metal, pero de ninguna forma logró que Centola abjurara de su fe. Eglesio, muy irritado, la cortó los dos pechos y la encerró, esperando que muriera desangrada. Al ver que no fallecía, Eglesio envió a varias mujeres que, fingiendo piedad por ella, la incitaban a volver a los antiguos dioses. Pero Centola seguía sin mostrar signos de renuncia y así lo expresaba con vehemencia. Y entonces, Eglesio ordenó cortar la lengua de Centola.
Poco después apareció otra joven, santa Elena, que visitaba con frecuencia y consolaba a Centola ya que también era cristiana. Y estando Elena con Centola, Centola, aun sin lengua, logró hablar y la avisó de que ambas alcanzarían el martirio muriendo decapitadas. Y así fue, Eglesio, cansado e irritado, ordenó la decapitación por espada al verdugo Dacinio, dicen las leyendas que en el año 304. El lugar donde esto ocurrió se encuentra señalado en la actualidad por un monumento, cerca de la fachada norte de la ermita. La leyenda cuenta que, si se moja esta roca con un trapo mojado, se teñirá de rojo por la sangre derramada por las santas.
Los cuerpos de ambas santas fueron conservados en la ermita hasta el año 1317. En ese momento el obispo de Burgos, Gonzalo de Hinojosa, ordenó su traslado hasta el altar mayor de la catedral de Burgos, al encontrarse el lugar ya deshabitado, aunque dejó sendas cabezas en la ermita para consuelo de los habitantes de la zona.
RAFAEL CABALLERO
Información de la localidad
Ermita de Santa Centola y Elena
Otros monumentos y lugares a visitar | Iglesia de San Esteban Ayuntamiento de Valle de Sedano Molino de Valle de Sedano Puente romano e iglesia neoclásica Conjuntos históricos de Escalada, Orbaneja del Castillo, Pesquera de Ebro y Sedano Iglesias románicas en Escalada y Gredilla de Sedano |
Patrimonio natural | El Cañón del Ebro |
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Restauración | valledesedano.burgos.es |
Artesanía | |
Bibliografía | valledesedano.burgos.es |
Vídeos | |
Web | valledesedano.burgos.es |
Monumento o lugar a visitar | Ermita de Santa Centola y Elena |
Estilo | Visigodo/ Altomedieval o Prerromámico |
Tipo | Arquitectura eclesial |
Época | Siglo VII - IX |
Estado de conservación | Bueno |
Dirección | En la cima de El Castillo, El Castro o Castrosiero, cerca del despoblado de Siero, en la localidad de Valdelateja (Burgos), en el Valle de Sedano (Burgos) |
Coordenadas GPS | 42.772191316856855, -3.7665806460222573 |
Propiedad, dependencia | |
Posibilidad de recibir visitas de público en general o solo especialistas | Visitas al público en general |
Necesidades de conservación | |
Horarios y condiciones de visita | Mesón de Valdelateja. Tlf. 947.15.00.54 Consultar |
Importe entrada | Gratis |
Trabajos de investigación en realización | |
Accesibilidad | Buena. Pendiente media |
Señalización si está inscrito en la ruta | |
Bibliografía | ÍÑIGUEZ ALMECH, F., (1934): La ermita de Santas Centola y Elena de Siero (Burgos), Archivo Español de Arte y Arqueología, T. 10, N.º 29, Madrid. |
Vídeos | destimap.com |
Web | museodeburgos.net condadodecastilla.es turismo-prerromanico.com burgospedia1.wordpress.com es.wikiloc.com |
Localidad | Valdelateja, Valle del Sedano (Burgos) |
Lugar | Ermita de las Santas Centola y Elena de Siero |
Situación | Coordenadas geográficas:N 42°46´16´´/ 3°45´59´´O Altitud sobre el nivel del mar: 790 m |
Ubicación | Situada a escasos 200 m de Valdelateja y a 62 km. de Burgos. Para acceder, se toma la senda que lleva al poblado abandonado de Siero y ahí continuar ascendiendo hasta la meseta donde se localiza la ermita. Limita al norte y noreste con el municipio de Sargentes de La Lora, al este con Los Altos y Albajas al sureste y al oeste, sur y sureste Tubilla del Agua. Cuenta con 417 habitantes (INE, 2022). Municipio de Valle de Sedano Comarca de Páramos Provincia de Burgos Comunidad Autónoma de Castilla y León |
Paisaje natural | Paisaje natural muy contrastado que va desde las desoladas y solitarias parameras calizas hasta los fértiles valles pasando por los profundos cañones excavados por ríos de fuerte carácter y personalidad. Los valles de los ríos Rudrón y Ebro dominan el paisaje, formando cañones que esconden extraordinarios valores naturales y culturales. El río Rudrón atraviesa la villa de Valdelateja, erosionando gran parte de las rocas y formando cascadas como la de Valdelateja. En dicha localidad vierte sus aguas el río Rudrón en el Ebro y aflora un manantial termal de diversas propiedades. Estos valles, agrupados en el Valle de Sedano, están rodeados de páramos con una altitud media de 1000 m. En sus cantiles se encuentra vegetación mediterránea con encinas y quejigos, compartiendo el espacio con taxones típicamente eurosiberianos como las hayas. Al ser un espacio de transición, existen tres tipos de vegetación: el bosque de ribera (chopos, tilos, alisos, sauces, fresnos, matas…), en las laderas y terrazas, dependiendo de su orientación y disponibilidad de agua, se encuentran avellanos, cerezos, mostajos, acerolos, quejigos, orégano, hinojo, lavanda, en los páramos, predomina la carrasca y, en las laderas de orientación norte, hayas centenarias. Este paisaje natural se localiza con los números 83.05 como Cañones y Desfiladeros del Alto Ebro (Unidad de paisaje Cañones del Ebro y Rudrón), 11.08 como Sierras y Parameras Orientales de la Cordillera Cantábrica y de los Montes Vascos y Navarros (Unidad de Paisaje Páramos de La Lora y Pata del Cid) y 11.06 como Sierras y Parameras Orientales de la Cordillera Cantábrica y de los Montes Vascos y Navarros (Unidad de Paisaje Páramos de Masa y la Mazorra) en el Atlas de los Paisajes de España. |
Paisaje cultural | Las características del relieve han marcado la ocupación del territorio. La altitud de los páramos y la masividad del relieve hacen que las vías de comunicación ofrezcan dificultades para atravesar los puertos de montaña en épocas invernales. La población se concentra en los valles que separan estos relieves o en las cabeceras de los páramos donde el agua que drenan las rocas calizas es abundante. Paisaje escasamente poblado. Desde la época prerromana y posteriormente romana, se evidencia en esta región la ocupación humana por los recursos culturales existentes en el paisaje. La comarca atesora un importante conjunto megalítico y arte románico. También destaca la riqueza de su patrimonio construido, casas típicas del sector nororiental burgalés son frecuentes sobre todo en el sector del Ebro-Rudrón. Las sierras tienen tradición ganadera extensiva y forestal y en los valles y rellanos de las laderas cultivos de cereales. El retroceso del poblamiento está dejando paso a matorrales, pastizales y manchas arbóreas. Las grandes infraestructuras que determinan el cambio de fisonomía del paisaje son la carretera Nacional N-623 (paralela al río Rudrón y Ebro) y la N-627 y los parques eólicos como El Cerro, Otero y Peña La Cuesta. |
Región Biogeográfica | Mediterránea |
Hidrografía | La red hidrográfica forma parte de la vertiente mediterránea. El río Rudrón atraviesa el municipio y desemboca el río Ebro en el mismo municipio. Varios arroyos, como el Cárcavo, llevan sus aguas al Rudrón. La cuenca del Ebro tiene una superficie total de 86.100 km². La gestión de estos ríos pertenece a la Confederación Hidrográfica del Ebro. |
Climatología | El clima es de transición entre el clima mediterráneo continentalizado y el clima atlántico, pero predomina el segundo. El régimen térmico está caracterizado por sus prolongados y fríos inviernos y por sus veranos suaves. La media comarcal de precipitaciones anuales es de 700 mm. |
Espacios protegidos | Red Natura 2000 Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Otros Parque Natural Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Geoparque Las Loras, UNESCO. |
Riqueza de especies | Número de especies presentes 177 (Escala superior a 140). |
Cultivos | Los cultivos característicos son cereales, avellanos, cerezos. |
Riesgos sobre el patrimonio natural | 1. Erosión de cauces (torrentes). Medio (Escala de muy bajo a muy alto). 2. Frecuencia de incendios forestales 2006-2015: 8 (Escala de intensidad: de 6 a 10) |
Webgrafía | Confederación Hidrográfica del Ebro https://www.chebro.es/es/web/guest/la-cuenca-del-ebro Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Visor Sistema de Información Geográfica de Datos Agrarios https://sig.mapama.gob.es/siga/ Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Visor del Banco de la Naturaleza https://sig.mapama.gob.es/bdn/ |
Bibliografía | IGN (2019). España en mapas. Una síntesis geográfica. Compendios del Atlas Nacional de España. INE (2022). Padrón continuo. Cifras de población a 1 de enero de 2022. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación: Mapa de Cultivos y Aprovechamientos de España a escala 1:50.000 de los años 2000-2010, Antiguo Ministerio de Agricultura, ahora Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) Sainz Saiz, J. (2006). Arte prerrománico en Castilla y León. Lancia. VV.AA. (2004). Atlas de los paisajes de España. Madrid, Ministerio de Medio Ambiente. |