Monasterio de Sant Esteve de Banyoles

El monasterio de Sant Esteve de Banyoles, del que sólo se conserva la fábrica de época bajo medieval y moderna, estaba situado a unos ochocientos metros de la ribera occidental del estanque kárstico de Banyoles, en un territorio llano y fértil sobre el cual se desarrolló la actual villa homónima.

Este cenobio, según consta en un precepto entregado por el emperador Luís el Piadoso al abad Mercoral en el año 822, había sido fundado poco antes por un tal Bonet aprovechando una iglesia preexistente. Teniendo en cuenta que el propio diploma nos indica que la fundación había sido aprobada por el conde Odilón, documentado únicamente en el año 812, parece que deberíamos situar este episodio durante las primeras dos décadas del siglo IX, seguramente más cerca del 800 que del 820, pues en el año 822 ya se nos presenta como un monasterio en pleno funcionamiento. Sea como fuere, no cabe duda de que estamos ante una precoz fundación particular que, desde un primer momento, contó con el beneplácito de las autoridades carolingias, con las que estableció una relación especialmente estrecha; no sólo porque el conde Odilón autorizó su fundación o su sucesor, el conde Rampó, viajó hasta la ciudad de Attigny para conseguirle la inmunidad, sino porque en los años siguientes los reyes carolingios le renovaron este privilegio hasta cinco veces.

Vinculada a esta antigua y estrecha relación con los monarcas francos estaría la no siempre explicada pertenencia directa de este monasterio a la sede metropolitana de Narbona, que puede rastrearse hasta la época de abad Mercoral, que ya fue escogido con la venia del arzobispo Nebridi. Sin embargo, esto no impidió que a mediados del siglo X, sobre todo después de que el cenobio fuera quemado al parecer un ataque magiar, la casa condal de Besalú también empezara a trabar una relación cada vez más fuerte con él, como prueban las numerosas donaciones piadosas, y sobre todo testamentarias, que le hicieron. Así, esta rica abadía acabó convirtiéndose en uno de los muchos centros religiosos sobre los que se extendía el patrocinio de los condes de Besalú.

El período más dinámico de este monasterio fue el alto y plenomedieval. Sin embargo, su comunidad subsistió hasta el siglo XIX, cuando fue definitivamente disuelta a consecuencia de  la desamortización de Mendizábal.

ANÁLISIS FORMAL

El conjunto arquitectónico de Sant Esteve de Banyoles, constituido por la iglesia, el claustro y varias dependencias del antiguo monasterio benedictino, es mayoritariamente de estilo barroco, con la salvedad del claustro, correspondiente al renacimiento más tardío. Sin embargo, en la iglesia se pueden observar algunos elementos anteriores, como algunos muros correspondientes a la fábrica románica del siglo XI, así como la característica portalada tardogótica que da acceso al templo. Asimismo, se han conservado cuatro sepulturas abaciales de época medieval y siete capiteles del claustro románico, hoy expuestos en el Museu Arqueològic de Banyoles.

Del edificio prerrománico, sólo se han podido identificar a nivel arqueológico dos ábsides. El primero, bastante delgado, parece que correspondería a una iglesia tardorromana con cobertura de madera, posiblemente la restaurada por los primeros monjes que se establecieron en Banyoles. El segundo, en cambio, presenta unos muros más gruesos, aptos para una bóveda de piedra, que podría vincularse a la reconstrucción del edificio por parte de los condes de Besalú a mediados del siglo X. Finalmente, en el subsuelo del templo actual, también se identificaron algunas tumbas excavadas en la roca que pueden situarse entre la época visigoda y la carolingia.

XAVIER COSTA BADÍA