Monasterio de Sant Pere de Besalú

El monasterio de Sant Pere, del que sólo queda la iglesia de época románica, estaba situado un centenar de metros al sur del oppidum fortificado de Besalú, al otro lado de un pequeño torrente, si bien en la Baja Edad Media ya quedó dentro de la villa.

En cuanto a los orígenes de este cenobio, a pesar de que algunos autores han querido retrotraerlos hasta el siglo IX, todo indica que fue fundado a instancias del conde obispo Miró de Besalú hacia el año 975, pues fue en ese momento cuando se estableció su dotación material y su estatus jurídico, quedando como abadía inmune y exenta bajo la autoridad pontificia. Por tanto, se trata de una fundación tardía hecha en el marco de la política religiosa de los condes de Besalú y del conde-obispo Miró en particular, que, aparte de contribuir a la salvación de su alma y a prestigiar su linaje, quería estructurar eclesiásticamente sus dominios y visibilizar la capital de su condado.

En los años que siguieron a su fundación, mientras se terminaba de construir su iglesia, consagrada en el año 1002, San Pedro de Besalú recibió una bula del papa Benedicto VII que la aceptaba bajo su tuición y empezó a beneficiarse de donaciones que asentaron un notable dominio patrimonial. A partir de aquí, iniciaría una etapa de crecimiento y consolidación que permitió su supervivencia hasta el año 1835, cuando su comunidad fue exclaustrada y sus posesiones desamortizadas.

ANÁLISIS FORMAL

Del antiguo monasterio de Sant Pere de Besalú sólo se ha conservado su iglesia, construida en el siglo XII en estilo románico. Se trata de un edificio de planta de tres naves, transepto y un único gran ábside con deambulatorio, el cual tiene inscritos tres nichos con sus respectivas ventanas. Las columnas que definen ese espacio, igual que la portalada y el ventanal de su fachada, constan de capiteles ricamente decorados, todos ellos fechados también a finales del siglo XII. Finalmente, cabe destacar que la nave principal está cubierta por una bóveda de medio punto y las laterales por bóvedas de cuarto de esfera. Las tres se comunican a través de tres arcos de medio punto.

Respecto al edificio prerrománico, consagrado en el año 1002, sólo se han encontrado algunos elementos aislados a nivel arqueológico como, por ejemplo, algunos enterramientos en el espacio que posteriormente ocuparía el claustro románico, así como un pequeño osario parcialmente amortizado por la iglesia del siglos XII y un gran capitel de piedra arenisca que se encontró totalmente descontextualizado.

XAVIER COSTA BADÍA