Monasterio de Santa María de Serrateix

El monasterio de Santa María de Serrateix, también dedicado a Sant Urbici, está situado en el centro de una pequeña meseta sobre la divisoria de aguas entre los ríos Cardener y Llobregat, dentro del término municipal de Viver i Serrateix.

Los orígenes de este cenobio son confusos, pues, si bien disponemos de un excepcional documento fundacional del año 977 en el que se explica cómo un grupo de monjes, dirigidos por el abad Froilán, se había establecido tiempo atrás en ese lugar, hay varios elementos que obligan a cuestionarnos su autenticidad. En cualquier caso, no cabe duda de que hacia el año 941 ya había en Serrateix una comunidad monástica que, poco a poco, se fue consolidando gracias las donaciones de bienes relativamente cercanos que fue recibiendo. A partir de 977, fue cuando el conde Oliba Cabreta reconoció la existencia del cenobio, sancionó a Froilán como abad y se convirtió en su principal benefactor, seguramente con la voluntad de hacerse presente en una zona muy importante para controlar las comunicaciones con la cercana ciudad de Cardona.

Gracias al apoyo de los condes y de otros muchos particulares, el monasterio de Santa María de Serrateix construyó un importante dominio territorial y entró en el siglo XI en un momento de esplendor, edificando gran parte de su iglesia actual en aquella centuria. A partir de ese momento, su comunidad alterno momentos de más y menos esplendor, aunque consiguió sobrevivir hasta las desamortizaciones del siglo XIX.

ANÁLISIS FORMAL

El conjunto arquitectónico de Santa María de Serrateix, constituido por la iglesia, el claustro y varias dependencias del antiguo monasterio benedictino, es producto de numerosas fases constructivas y presenta numerosos estilos artísticos distintos. Así pues, mientras que la iglesia, a pesar de varias modificaciones posteriores, es en esencia románica y puede fecharse entre los siglos XI y XII; la mayor parte de las estancias comunitarias, entre ellas la sala capitular, son góticas. El claustro, por su parte, es de estilo neoclásico y fue construido cuasi al final de la vida del monasterio, a caballo entre los siglos XVIII y XIX.

A nivel arqueológico, en los últimos años, se han localizado algunos elementos correspondientes al conjunto monástico primitivo, de estilo prerrománico. Entre ellos, destaca el descubrimiento de parte de la primitiva iglesia del monasterio bajo el brazo meridional del transepto, en un espacio que primero fue reaprovechado como cripta de la iglesia románica y, después, como sepultura capitular. Los elementos originales se limitan a unos pocos muros y al pavimento, recortado directamente sobre la roca. Sin embargo, permite ver que se trataba de un templo de una única nave, sin ábside diferenciado, con un aparejo de grandes piedras y una cubierta a dos aguas.

Finalmente, cabe destacar la existencia de una torre prismática en el ángulo sud-oeste del conjunto que también podría corresponder a la primera fase del monasterio., ya que presenta un aparejo bastante rudimentario, muy diferente del que encontramos en el resto del edificio. Sin embargo, sin un estudio arqueológico más profundo, se hace imposible poderlo asegurar con una mínima seguridad.

XAVIER COSTA BADÍA