Santa Margarida del Priorat de Sant Genís de Rocafort

En un entorno aún hoy no urbanizado, justo al lado del cementerio de la localidad de Martorell, se conservan los restos de la iglesia conocida actualmente con el nombre de Santa Margarida del Priorat de Sant Genís de Rocafort, de fábrica medieval, que remonta su momento fundacional a la Antigüedad Tardía y que estuvo en uso hasta su abandono en 1936. Santa Margarida fue parroquia hasta el siglo XIX, momento en que pasó a ser una ermita de Martorell.

Desde el año 1981 se vienen desarrollando campañas anuales de excavaciones arqueológicas que han  puesto de manifiesto esta antigüedad a partir del descubrimiento, por debajo del templo actual, de los cimientos de un edificio de tradición paleocristiana, así como de otra serie de indicios arqueológicos (entre ellos un miliario del emperador Majencio) que llevan a suponer que este es el lugar donde se localizaba la mansio Ad fines, referenciada en los itinerarios romanos y que se ha querido asociar al límite occidental del territorium de Barcino.

El yacimiento se inscribe en una comarca, el Baix Llobregat, caracterizada por una alta densidad de yacimientos arqueológicos romanos y tardoantiguos que han dado origen a la casi totalidad de poblaciones actuales.

ANÁLISIS FORMAL

Se trata de un edificio orientado hacia el NE, de 15’25 m. de largo y con un acceso principal en su lado sur. Está formado por una nave rectangular de 9 m. de anchura y con cabecera tripartita, formada por un ábside de herradura por el interior y trapezoidal por el exterior ––con un claro paralelo, geográficamente muy cercano, en la recién descubierta basílica de Sant Pere de Gavà––, con dos habitaciones laterales adosadas ––probablemente sacraria–– dentro de las cuales se ha podido documentar la presencia de sendas concavidades, interpretadas como armarios de posible uso litúrgico. En una de estas habitaciones laterales se han hallado restos de una tumba de tegulae, que por su emplazamiento debía corresponder a algún personaje destacado de la Iglesia local. Esta tumba, junto con otra hallada en el centro de la nave, se ha sacado a colación para apuntar un posible origen funerario de la iglesia de Santa Margarida.

Los muros están construidos, en su mayor parte, con piedras irregulares, que en algunos puntos se combinan con opus spicatum. Se documentan dos pavimentos: uno de mortero, que cubría la totalidad de la superficie de la iglesia, y un segundo de opus signinum que debe ser puesto en relación con una reorganización del edificio. Asociadas al primer pavimento, se han documentado las bases fragmentadas de dos stipites de mármol, pertenecientes al primer altar; mientras que, en el mismo espacio, con la colocación del segundo pavimento se documenta una base cuadrangular de piedras para un nuevo altar. En el muro sur de la iglesia se adosa un ámbito rectangular, paralelo a la nave de la iglesia, que se debió construir poco después de fundarse la iglesia; dentro de este ámbito se halla parte de la necrópolis que rodea el templo, necrópolis que consta de varias tipologías propias de los siglos V-VII.

Los arqueólogos responsables de la excavación fechan la fundación de la iglesia entre los siglos V-VI, y definen una segunda fase en la que se monumentaliza la iglesia y se define un espacio a los pies de la nave que, por su situación, se ha interpretado como baptisterio, a pesar de que, hasta el momento, no existe ninguna prueba arqueológica determinante que así lo certifique.

Resulta también remarcable destacar la presencia de unas estructuras cuadrangulares, tipo base de pilar, en la nave de la iglesia y que la dividen longitudinalmente en dos partes iguales. Se fechan en un momento post-romano avanzado y se amortizarían hacia los siglos de la Alta Edad Media, cuando se pavimenta por encima de estas bases. Se han querido interpretar como unos pilares provisionales para sustentar la cubierta del edificio cristiano, pero vista su disposición, su cronología y el hecho que conserven rastros de haber contenido decoración pintada, ello me lleva a proponer la posibilidad de que se trate de una estructura divisoria de temporalidad limitada con el fin de repartir el espacio de culto entre los credos cristianos y musulmanes durante la breve ocupación del antiguo territorio de Ad Fines por parte de estos últimos.

JORDINA SALES-CARBONELL