Cripta de San Pablo de Narbona

DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS FORMAL

La ciudad de Narbona fue una fundación romana del cónsul Cneo Domitio Ahenobarbo como ’Colonia Narbo Martius’, bajo la protección del dios de la guerra Marte, siendo la primera colonia romana establecida fuera de la península Itálica. Del pasado romano perdura el arco del Puente Viejo, la calzada de la Plaza del Ayuntamiento (Via Domitia), el horreum, el barrio de Clos de la Lombarde (villas con ricas pinturas murales) y varios cementerios con sarcófagos, epígrafes funerarios, esculturas, mosaicos, etc. En las proximidades hubo un importante centro cerámico en Salléles d`Aude.

La ciudad formó parte del Reino Visigodo de Tolosa y tras su derrota en la batalla de Vouillé (507) perteneció a la Galia Narbonense o Septimania del Reino Visigodo de Toledo. Tras la desaparición de este, en el 711, fue ocupada por los musulmanes durante unas décadas, pero los francos la incorporaron pronto a su reino. La ciudad fue sede episcopal desde el siglo III hasta la Revolución Francesa.

La iglesia de San Pablo de Narbona está dedicada al primer obispo de la ciudad, Pablo de Narbona o Pablo Sergio, al parecer de origen italiano. Según la tradición (recogida por Gregorio de Tours en su Historia Francorum), fue enviado a evangelizar las Galias por el papa Fabián, hacia el 250. Murió de muerte natural y está enterrado bajo esta iglesia. Una leyenda medieval intenta llevar la vida de Pablo de Narbona al siglo I d. C., haciéndole discípulo del propio Pablo de Tarso, que le enviaría a evangelizar la Galia. Falleció de muerte natural y tras su entierro, surgió a su alrededor una necrópolis paleocristiana, sobre la que se edificó una primitiva basílica en el siglo IV, tras el Edicto de Milán (313) de Constantino, que permitía el culto libre de los cristianos. La iglesia sufrió un incendio en el siglo V y fue restaurada a mediados de ese siglo.

La iglesia actual tiene elementos románicos y góticos, iniciándose en el siglo XII (románico), para continuar en el XIII ya en estilo gótico. La iglesia se inició en estilo románico y presenta una sola nave, que más tarde sería prolongada a finales del siglo XIV. Presenta un deambulatorio y es muy esbelta y elevada, con 22 m de altura y 82 m de longitud. El coro gótico se inició en el año 1224. Conserva un capitel románico con escenas del Juicio Final y una curiosa pila con una rana tallada. La leyenda dice que las ranas estorbaban los rezos del obispo y éste la convirtió en piedra. Presenta pilares cruciformes con columnas encajadas y en el triforio las ventanas están cegadas.

Es en el subsuelo dónde se encuentra la cripta, con mosaicos de los siglos II y III y con numerosas tumbas. La necrópolis de la cripta presenta diversos sarcófagos de piedra, con tapaderas en artesa y tumbas excavadas en el suelo con paredes de piedra. Otros enterramientos se realizan en ánforas y estos son característicos de niños en el mundo romano.

El cementerio paleocristiano correspondería a los siglos III y IV y, como en las catacumbas de Roma, presenta dos espacios en la cella memoriae: la sala de los sarcófagos y la sala de los banquetes funerarios. Cabe destacar uno de los sarcófagos conservados, que presenta una decoración de estrígilos o líneas curvas paralelas en las paredes; en el eje aparece una Victoria alada. Este elemento tomado del paganismo adquiere una nueva interpretación cristiana. En la tapa aparecen los retratos de los difuntos entre la Luna (Isis-Selene) y el Sol (Serapis-Helios. En este momento inicial del arte cristiano los motivos decorativos se toman del mundo pagano, pero se les irán adjudicando interpretaciones cristianas. La obra está realizada en mármol y el estilo parece corresponder a la denominada “Escuela de Arlés”.

FRANCISCO JAVIER FERNÁNDEZ GAMERO