Narbona

En el siglo VII a. C. la región está habitada por una tribu ibérica: los elisyques, que tienen un oppidum o población fortificada. Se mezclarán influencias griegas, desde Massilia, celtas y romanas. En el 118 a. C. Cneo Domitio Ahenobarbo funda la primera colonia romana más allá de Italia, la Colonia Narbo Martius, bajo la protección del dios romano Marte. Poco después se construye la Vía Domitia, que enlazará Roma con la península Ibérica a través de los Pirineos orientales y la Via Augusta, en el 116 a. C. La Via Domitia recorre la costa mediterránea, al sur de los Alpes.

La presión de los pueblos cimbrios y teutones se hará presente en los siglos II y I a. C. En esos momentos Narbo es el segundo puerto en importancia del Mediterráneo, tras Ostia. Augusto impulsará el desarrollo de toda la región, pacificando la Galia Narbonense y mejorando los caminos y la navegación fluvial.

A principios del siglo V el territorio se integra en el Reino Visigodo de Tolosa, pero la derrota de Vouillé les expulsa de la Galia, con excepción de la Galia Narbonense o Septimania que permanecerá dentro del reino visigodo de Toledo. La derrota visigoda permitirá la ocupación de Narbona por los musulmanes durante la primera mitad del siglo VIII, pero a finales de ese siglo la ciudad es conquistada por los carolingios. En el 859 la ciudad es saqueada por los vikingos de Hasting y en la Edad Media el poder será compartido por los arzobispos y los vizcondes de la ciudad. Entre los siglos IX y XI Narbona es un centro religioso, intelectual y económico. En el conflicto con los cátaros defenderá la ortodoxia católica.

En el siglo XIV la ciudad sufre un ataque del Príncipe Negro inglés. Luis XIV desarrolla un gran proyecto: unir con canales el Mediterráneo y el Atlántico y entre 1666 y 1681 se construye el Canal du Midi, completado en 1686 con el Canal de la Robine.

A partir de la Edad Moderna pierde importancia y la Revolución Francesa acabará con su obispado. El siglo XIX conoce un renacer gracias al ferrocarril y el comercio de vinos.

ANÁLISIS FORMAL

La ciudad cuenta con restos de la calzada Domitia (Plaza del Ayuntamiento), de los almacenes romanos (Horreum), de diversas necrópolis romanas y paleocristianas de los siglos III-IV (Cripta de Saint Paul). César asienta allí a sus veteranos de la Legio X Gemina, que habían combatido en Hispania contra Pompeyo. Los restos del puente romano conforman ahora el Puente de los Mercaderes, con construcciones sobre él. El Horreum está formado por galerías subterráneas romanas del siglo I a. C. que formarían parte del mercado de la ciudad. Eran el almacén de productos como grano, vino o aceite. El puente de los Mercaderes es el único resto (un arco) del puente romano situado en la Via Domitia. Cuenta con construcciones habitadas encima del propio puente.

Del periodo carolingio se conserva la torre del campanario de la catedral (siglo IX).

La Edad Media aportó la catedral de los Santos Justo y Pastor, obra gótica de los siglos XIII al XV, la Colegiata de San Pablo de Narbona (gótica), el Palacio de los Arzobispos, con el Palacio Viejo románico y el Nuevo, gótico, además de diversos Museos como el Arqueológico (antes en el Palacio Viejo y, desde 2021, el  nuevo Museo Narbo Vía, el Museo de Bellas Artes (Palacio Nuevo), el Museo Lapidario y, ya en las afueras, la abadía de Fontfroide.

La catedral de Narbona hoy se encuentra en el centro de la ciudad, pero en la Edad Media estuvo junto a las murallas romanas. . Se construyó sobre un templo del siglo IV de época constantiniana. Destruido por un incendio en el 441, el obispo Rustique lo reconstruyó entre el 441 y el 445, dedicado a San Genes de Arlés. Restaurada y consagrada en el 782 bajo la advocación de los santos Justo y Pastor. En el 890 se edificó la catedral prerrománica carolingia,  por iniciativa del obispo Théodore y de ella queda la torre de campanas.

Se inició en el 1272, en estilo gótico radiante, por iniciativa del arzobispo Maurin, pero hacia 1340 se interrumpieron las obras y quedó inconclusa. Este Monumento Histórico se ubica en la rue Armand Gauthier; presenta un estilo gótico y destaca su elevada altura, que le proporciona esbeltez. La capilla central presenta una bóveda estrellada y un retablo de piedra policromada del siglo XIV. El claustro no se llegó a completar. La gran esbeltez permite la iluminación a través de grandes ventanales con vidrieras y bóvedas de crucería. En 1840 se intentó restaurar, por Viollet-le-Duc, pero no se llegó a un acuerdo y no se realizó. Destacan la Capilla de Nuestra señora de Belén, con el  retablo mayor, y el Tesoro, con objetos litúrgicos.

Basílica de San pablo y mausoleo. La iglesia tuvo un origen románico, pero la actual es gótica, dedicada al primer obispo de la ciudad, San Pablo de Narbona. Su subsuelo es un antiguo cementerio paleocristiano.

El Palacio de los Arzobispos presenta el Palacio Viejo, de estilo románico, destacando la torre del homenaje Gilles Aycellin (donjon), allí estuvo ubicado el Museo Arqueológico hasta su traslado al Narbo Vía (2021). El Palacio Nuevo es de estilo gótico, con las torres de San Marcial y la Magdalena. En el se ubica el Museo de Bellas Artes, con pinturas de las escuelas española, francesa, italiana y noreuropea. Destacan las salas de los Consules y de los Sínodos. Tuvo diversas ampliaciones en los siglos XIV a XVIII y fue declarado Monumento Histórico en 1840. De época medieval cabe destacar también el pasaje del Ancla, antiguo mercado de pescado en la Edad Media, representa los ingresos por atraque de barcos para el arzobispado de la ciudad.

En época reciente se inaguró el Museo Narbo Vía, complementado con el  Museo Amphoralis, dedicado a la producción cerámica en época galorromana (s. I a. C. a II d. C) y el Horreum. El nuevo Museo Narbo Vía se debe a Norman Foster, obra de cemento y cristal. El antiguo Museo Arqueológico, ubicado en el Palacio Viejo de los Arzobispos se trasladó a Narbo Vía en 2021. Cuenta con más de 15.000 objetos arqueológicos, destacando el Muro Lapidario, con más de 760 inscripciones funerarias y las pinturas murales romanas de la villa de la Clos de la Lombarde.

FRANCISCO JAVIER FERNÁNDEZ GAMERO